Hace unas horas fui al cine a ver la película Everest. Sabía que era una historia basada en hechos reales y que narraba una expedición al Everest, cosa que se puede deducir por el título, pero de resto no tenía ni idea de nada. Había visto carteles y demás, pero no sabía exactamente de qué iba la película porque no había visto ningún trailer.
Mis únicos motivos para querer ver la película eran Jake Gyllenhaal y Keira Knightley. Sí, soy de esas personas que ve películas solo por los actores y me encanta hacerlo, aunque muchas veces me lleve decepciones.
Keira y Jake son dos de mis actores favoritos desde que tengo uso de razón, así que solo por eso merecía la pena ir al cine y cuando dos amigos me dijeron que ellos también querían verla no lo dudé y fui con ellos.
La historia, como bien se puede deducir, narra una expedición a la cima del Everest organizada por Rob Hall, interpretado por Jason Clarke, uno de los primeros en pisar la cima más alta del mundo y que poco después convirtió en reclamo comercial para aventureros, escaladores y aficionados a los deportes de riesgo.
Además de este grupo descubren que otros grupos organizados piensan tomar la cima de la montaña en la misma fecha y deciden unirse para ayudarse unos a otros frente a diversas complicaciones que les van surgiendo a medida que avanzan.
Mientras tanto, la mujer de Rob, Keira Knightley, le esperaba en casa embarazada de su primer hijo. Me hubiese gustado que saliera más el personaje de Keira, pero solo porque me encanta ella y me hubiese gustado verla más tiempo en pantalla.
El grupo principal de expedicionarios lo forma una serie de personajes con diferentes historias y motivos por los cuáles querer subir la montaña. Personajes de los que te vas encariñando y que poco a poco irán cayendo cuando las cosas se complican.
La película está muy bien hecha y consigue mantenerte en tensión y expectación durante todo el metraje. Casi al empezar ya estás tenso de ver tantos paisajes elevados, preciosos por cierto, y caídas kilométricas.
Llegó un momento de la película en que se habían juntado tantos grupos que yo ya no sabía quién iba con quién, quién subía y quién bajaba ni quién estaba vivo o muerto, pero me gustó que confundiesen de esta manera al espectador, ya que de este modo la tensión subía aún más.
Si no te gustan las alturas ni te gusta pasar angustia no veas esta película, de lo contrario te la recomiendo mucho. Está muy bien hecha y consigue desgarrarte desde dentro viendo como sufren los personajes y, sobre todo, sus seres queridos que no se encuentran en la montaña.
Jake Gyllenhaal tampoco salió mucho, ya que era el líder de otro de los grupos de aventureros, pero su papel me gustó bastante, aunque he de admitir que estaba un poco pirado el tío, no entiendo por qué siguió subiendo cuando vio que ya no podía más si él ya había estado más veces en la cima.
Además de los actores ya mencionados, el reparto lo completan algunas grandes estrellas como Josh Brolin, que lo borda, Sam Worthington, Robin Wright o Emily Watson, a quién siempre recordaré por ser una de las niñas de la pandilla de mis libros de texto de inglés de primaria, jaja.
Como ya dije, si te gusta la tensión y la angustia te la recomiendo, eso sí te digo que las lágrimas también están aseguradas. Yo no soy de llorar y con esta película lo he pasado fatal.
En definitiva, a mí me ha encantado y me pareció una muy buena película con interpretaciones geniales y una narración que te mantiene en vilo y con un nudo en el estómago de principio a fin.
Nota: 9/10
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