La Forma Del Agua (2017) | Review

Una historia simple decorada con una atmósfera que te atrapa y no te suelta 

Una vez más les traigo review de una de las películas nominadas a los Oscar de este año, pero ya es la última, ya que La Forma Del Agua era la única que me quedaba por ver de las que llamaban mi atención.

No tenía expectativa ninguna, ya que tampoco es que sea gran fan de Guillermo Del Toro, solo he visto Blade II, las de Hellboy y alguna más de ese estilo, pero no estoy muy familiarizado con su cine más personal, y lo que me llamaba de la película era ese universo del que vemos ciertos rasgos en los trailers pero que dan muchas ganas de explorar.

La trama, que me ha parecido algo simple y el punto más flojo de la película, sigue a Elisa, una chica muda a la que encontraron de niña en un río que trabaja como limpiadora en unas instalaciones secretas del gobierno. A este complejo llega una criatura misteriosa que parece una mezcla entre una persona y un pez, con la que Elisa conecta, creando un vínculo afectivo que cambiará su vida para siempre.

No tengo nada en contra de las historias simples, mientras sean efectivas en lo que quieren contar, y, aunque esta lo consigue, no me pareció nada novedosa, ya que me recuerda a muchas otras películas que ya se han hecho. De hecho, en cierto modo y con más seriedad, parece ese reboot de Splash que querían hacer con Channing Tatum hace unos años con los géneros cambiados.

Aún así, la película me ha encantado, porque no solo destaca en todos los aspectos técnicos, sino que consigue crear una atmósfera que te absorbe y te hace formar parte de ese mundo y no querer salir.

La ambientación en los años 60 me ha encantado, aunque me ha parecido una representación demasiado perfecta y pulida en la que notas que estás viendo una película. A diferencia de I, Tonya, que te lleva nuevamente a vivir los 80 y 90.

La cinematografía y fotografía son geniales, con un uso del color excepcional, al igual que los sets que han construido, no solo en las instalaciones militares, sino en las casas de los protagonistas y todas las localizaciones que vemos a lo largo del metraje.

Todo esto, sumado a la banda sonora, consiguen crear esa atmósfera que te atrapa y no te suelta y te da ganas de quedarte en ese mundo creado por Del Toro, que con su dirección ha conseguido utilizar y dar forma a todos estos aspectos.

Las interpretaciones de Sally Hawkins y Richard Jenkins, ambos nominados, han sido brillantes, especialmente la de la protagonistas, que sin hablar consigue transmitir todo lo que siente y desea expresar su personaje.

Michael Shannon ha conseguido crear uno de los personajes más repulsivos que he visto en el cine y eso me ha encantado, por lo que creo que también merecía una nominación, aunque he de decir que me gustó mucho más el papel de Jenkins, ya que en una escena en concreto me sentí muy identificado con él.

También han nominado a Octavia Spencer y, aunque la adoro y me parece una de las actrices cómicas más excepcionales de esta década, parece que está encasillada en interpretar el mismo papel una y otra vez y aquí no nos trae nada nuevo.

Gracias a todos estos personajes con sus trasfondos y subtramas, la historia se enriquece, pero sinceramente no puedo evitar sentirme decepcionado en este aspecto y eso le hace perder bastantes puntos, ya que visualmente y, en ciertas escenas, emocionalmente, me ha gustado mucho.

Nota: 8.5/10