Crudo reflejo de la sociedad y su afán por derrocar a los triunfadores
Ya no queda nada para los Oscar y a tan solo cuatro días del gran evento me he quitado de encima la mayor parte de las películas que quería ver de las que están nominadas.
Hoy ha sido el turno de I, Tonya, película no solo protagonizada, sino también producida, por Margot Robbie, que ha sabido moverse para crear sus propios proyectos y que la tomen en serio en Hollywood y no como la nueva chica sexy de moda, jugada que le ha salido redonda.
Esta no era la única razón por la que quería ver la película. Yo era un niño cuando se formó el escándalo de Tonya Harding y, sinceramente, aunque me sonaba mucho el nombre, y también el de Nancy Kerrigan, no tenía ni idea de la historia, así que cuando vi los primeros trailers me dio mucha curiosidad por ver cómo narraban estos eventos tan surrealistas, porque la verdad que no se me ocurre un adjetivo mejor para describirlos.
Para quienes no lo sepan, Harding fue una de las patinadoras sobre hielo más famosas del mundo y fue acusada, junto a su marido, de planear un ataque a su competidora, Kerrigan, para eliminarla del equipo olímpico.
El guión salió de entrevistas ya existentes a Tonya, su marido, su madre y algunas de las personas cercanas a ella durante lo ocurrido, así como nuevas entrevistas realizadas a algunos de los protagonistas y no se centra en el ataque, sino que te hace entender todo lo ocurrido desde su infancia hasta el momento para que Tonya llegase a ese lugar tan oscuro, sin decantarse en ningún momento en su lado de la historia, ya que, a pesar de estar contada desde su punto de vista, deja ver las motivaciones de todos los personajes y, aunque a mí me hizo empatizar mucho con ella, nunca tuve 100% clara su inocencia tras ver la película.
Me gustó muchísimo el film, no solo por la historia que cuenta, sino por cómo la cuenta. La edición ha sido lo que más me ha impresionado, mezclando a la perfección ese estilo a modo de falso documental con la rotura de la cuarta pared de algunos personajes para dar su opinión sobre los acontecimientos, simplemente brillante.
Las actuaciones han sido excelentes. Estoy muy contento con la nominación de Margot a mejor actriz, ya que me ha emocionado realmente y me ha hecho creérmela en todo momento, especialmente en la escena del espejo y durante el juicio, escena que para mí eleva por completo la película.
Los secundarios, desde la también nominada Allison Janney hasta Sebastian Stan, e incluso Julianne Nicholson, que hace un breve papel como su entrenadora, y la niña que interpreta a Tonya de pequeña, me han alucinado.
El único fallo que veo y que para mí ha sido bastante problemático es que, Margot, a pesar de haberse marcado un papel increíble, no coincide con la imagen que Tonya tenía en sus años sobre el hielo, haciendo difícil creer que el jurado no la quiera por su físico, ya que a pesar del pelo rizado y el maquillaje para afearla, es imposible no ver su belleza, que traspasa todo eso.
Además, en lugar de pasar de una actriz infantil a una adolescente pasan directamente a Robbie, que, a pesar de no llegar a los 30, es lo que aparenta y ni de lejos es creíble como quinceañera. Y más cuando el resto de patinadoras que vemos en escena son adolescentes reales.
En cuanto a cinematografía y demás aspectos técnicos, destacaría las escenas sobre el hielo. Son absolutamente preciosas y la música, que ha sido otro de los elementos claves de la película, ayuda mucho a convertirlas en auténticas joyas.
Me ha gustado mucho también ese aspecto ochentero y noventero que tiene la película, que no solo nos viene dado por el vestuario, atrezzo, y demás, sino por cómo está rodada, ya que en algunas ocasiones parece que estás viendo una película antigua y ese aspecto me ha encantado.
Aparte de la edición, que como ya comenté ha sido uno de los puntos fuertes de la cinta, destacaría su mensaje, ya que contándonos el punto de vista de Tonya, sea o no culpable de ese atroz ataque, nos muestra cómo los mayores triunfadores y celebridades, ya sean actores, cantantes o atletas, también son personas y también han pasado por cosas horribles que nunca nos imaginaríamos, cosas que pueden llevarles a cometer o no actos erráticos.
Además, nos muestra cómo a la sociedad le encanta seguir y a dorar a dichos triunfadores para, una vez en lo más alto, verlos caer y regocijarnos en su miseria, cosa que no solo hemos visto con Tonya Harding, ya que no hay que irse tan lejos. Ejemplos como el suyo podemos verlos casi a diario, pero ninguno destaca tanto como el de Britney Spears que pasó de ser el corazón de América a la persona más miserable y solitaria del planeta, todo gracias a esta cultura que no tolera que haya alguien que sea feliz y tenga éxito cumpliendo sus sueños.
También me gustó mucho el hecho de ver cómo Tonya no era una simple atleta más, era una auténtica artista que se arriesgó a romper los moldes del mundo del patinaje, cortando sus alas por el simple hecho de darle una vuelta de tuerca a un deporte tan elegante, pero aburrido.
Por buscarle un fallo más, la verdad que se me hizo algo larga, sobre todo el primer acto de la película, pero probablemente fuera por lo que comenté antes de que Margot no da el pego como quinceañera y eso me sacaba completamente de la trama, pero una vez empezó a competir a nivel nacional y posteriormente en las Olimpiadas la trama empezó a engancharme cada vez más sin poder quitar los ojos de la pantalla.
La verdad que la película me encantó y me sorprende que no la nominasen a mejor película, pero esa categoría es muy competitiva y estoy contento con el resto de nominaciones que se ha llevado.
Nota: 9/10
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