Hace ya unos años se estrenó la que se convertiría en una de mis comedias preferidas de todos los tiempos: Pitch Perfect, conocida como Dando La Nota en España. No solo combinaba el género de película universitaria con el musical a la perfección, sino que además estaba llena de golpes de humor brillantes y era muy muy divertida.
En 2015 nos llegó su secuela, película cuyo estreno me perdí porque estaba de Erasmus en Italia cuando se estrenó, pero que tenía muchísimas ganas de ver y que finalmente acabó decepcionándome, ya que, a pesar de reunir algunos de los elementos que hicieron tan especial a su predecesora, perdía muchos otros, convirtiéndola en una comedia más.